El practicante de Sambo nunca aspira realmente a alcanzar la perfección de su sistema.
Siempre habrá áreas de mejora. De la misma manera, el superhombre no es un “estado” sino un “proceso” continuo de superación personal. Las Artes Marciales, como la filosofía del Jefe, inciden más en la aventura que en el destino. El mejor ser humano es aquel que lucha por superarse, y que además se percibe como un proyecto inacabado que perfeccionar durante toda la vida.Paso a paso se forja un SAMBISTA
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